ALA' CARACHAS

Bogotá gasta al año más de 450 millones de pesos al año en reponer las tapas del alcantarillado, que por lo general son robadas por habitantes de calle y consumidores de sustancias psicoactivas. Aunque la reposicion de las tapas tarda entre cuatro a seis horas, no sirve de nada ya que vuelve a ser robada al instante.

Para solucionar el problema, la Alcaldía de Bogotá y la empresa de Alcantarillado están cambiando las tapas de hierro por unas plásticas elaboradas en material (polipropileno de alto impacto) con un grabado que anuncia: No aptas para reciclarse.

Se habla de una auténtica mafia que se lucra de robar y comercializar las tapas del alcantarillado de Bogotá. Lo cierto es que una tapa robada puede venderse hasta en 50.000 pesos en los mercados negros de Villavicencio y Neiva, donde sus componentes de hierro se utilizan para reciclaje o incluso, algunos para fabricar monedas falsas.