ALA' CARACHAS
PERIODISMO ROLO
¿METRO?
Metronidazol, es lo que va a tener que tomar para aguantarse los dolores de cabeza por estar metido en Transmilenio

Han sido 72 años, en los que Bogotá ha visto a lo lejos el anhelado sueño del metro. Ha visto y sentido las gigantescas inversiones que ha costado planearlo. Ha visto como cada administración, ha hecho y deshecho proyectos. Ha visto como su población ha llegado a los 8 millones, con una necesidad urgente de un transporte eficiente, pero que recibe consolaciones que colapsan la ciudad.
Según estudios revelados por el Canal Capital, en 1980, lo estudios de planeación para el metro de la ciudad costarón alrededor de 75.000 millones de pesos, sin ser ejecutada ninguna de las ideas plasmadas en los papeles. Se buscan alternativas que cuesten menos pero que en definitiva terminan afectando más la movilidad de la ciudad. Las diferencias políticas, terminan por trancar las ideas que emergen de cada administración y a esto se le suma la corrupción que ha hecho un fiasco el anhelo.
En los años 60, el general Gustavo Rojas Pinilla, hizo una esperanzadora alianza con empresarios Neoyorquinos para realizar el proyecto. Sin embargo, no se dio debido a la caída de su mandato y a la no continuación de la idea, se reemplazó por tranvías y un transporte público desorganizado.
En la decáda de los 80, el desorden, la falta de planeación y la priorización del Futbol, detuvo uno de los proyectos que ilusionaron a los bogotanos. Además, la ciudad no contabá con los 850 millones de dólares que podría costar la realización del metro.
Para los 90, los bogotanos esperaban con ansias un transporte innovador y aunque con un sin sabor, recibieron un contentillo llamado Transmilenio. La administración de Peñalosa, debido a la crisis que atravesaba la ciudad decidió traer esa propuesta, que al parecer costaba menos y traía una solución efectiva para el transporte. En el presente, Transmilenio se ha tornado en la pesadilla diaria de los capitalinos que hacen uso de este.
Empezando el nuevo milenio, Bogotá lidió con administraciones corruptas que aunque invertían en planeación del metro, el dinero se destinaba a los bolsillos de aquellos que estaban detrás de este proyecto.
Por: Paula Calderón P.